Mayordomía bíblica y finanzas personales

De cara a un año nuevo, solemos planificar las metas y los objetivos que queremos lograr, aunque este 2020 nos enseñó que los planes pueden cambiar eso no es excusa para no planificar y presupuestar lo que queremos lograr. Además, aprovechando que en este mes de diciembre nos entran unos chelitos extras no está de más saber la mejor manera de manejarnos con ellos.

Por eso hoy les traigo algunos tips y consejos de cómo lograr honrar a Dios a través de nuestras finanzas, pues es bien sabido que también le honramos mediante nuestros bienes, y no hablo solo del diezmo y las ofrendas, no, a Dios le corresponde el 100% de lo que somos y tenemos, no sólo el 10% (1 Cor. 29:11-14).

Para tener en orden nuestras finanzas y ser buenos mayordomos o administradores debemos empezar por conocer algunos conceptos básicos y fundamentales.

Finanzas: área de la economía que estudia la obtención y administración del dinero y el capital, es decir, los recursos financieros. Estudia tanto la obtención de esos recursos como la inversión y el ahorro de los mismos.

Administración: es el proceso de planificar, organizar, dirigir y controlar el uso de los recursos y las actividades de trabajo con el propósito de lograr los objetivos o metas de manera eficiente y eficaz.

Administrador: es quien ejerce la función de administrar una determinada cuestión, bien, empresa, negocio, etc. que generalmente es propiedad de otro.

Presupuesto: es una herramienta que le permite saber cuáles son sus ingresos y gastos en un tiempo determinado, conocer cuánto puede destinar al ahorro para el cumplimiento de las metas, identificar en qué está gastando el dinero y si es necesario hacer un reajuste y saber cuánto se necesita para cubrir las necesidades.

Teniendo ya en conocimiento los conceptos anteriores, empezamos hablando de mayordomía.

Increíblemente la aplicamos en todos los aspectos de nuestras vidas, el mayordomo no es más que un administrador y se requiere de los mayordomos que cada uno sea hallado fiel (1 Cor. 4:2). Somos administradores de todo cuanto tenemos y poseemos, dinero, tiempo, familia, dones y talentos, etc.

”La mejor manera de comenzar a pensar como mayordomos es reconocer que usted no es el dueño de nada. Dios es el dueño de todo y le ha confiado recursos, tiempo, talento y personas para que usted administre. Como su gerente, su papel es ser fiel a sus propósitos. Independientemente de si tiene mucho o poco, debe tratar de permitir que Dios tenga control sobre sus decisiones financieras.”

Larry Burkett

Hay quienes solo consagran a Dios el diezmo, es decir, el 10% de sus ingresos económicos, mientras malversan el 90% restante, teniendo compromisos que cumplir y/o familias que sustentar.

“No debemos gastar el dinero de una manera que desagrade a Dios porque esto nos conduciría a ser mayordomos infieles.” Anónimo

En otro orden, se dice que el dinero es el medio a través del cual logramos conseguir la mayoría de las cosas que queremos, necesitamos o deseamos, específicamente cosas materiales. La Biblia nos dice que no podemos servir a dos dioses, haciendo referencia a Dios y el dinero, pues amaremos a uno y aborreceremos al otro (Lucas 16:13). Esto es una clara advertencia acerca del dinero de la cual debemos cuidarnos, no podemos dejar que el dinero gobierne nuestras vidas.

“La forma en la que tomamos decisiones económicas muestran los principios y valores que tenemos.”

Yadira Albelo

Hoy en día se hace necesario aprender a manejar un presupuesto, pues es una herramienta imprescindible para controlar las finanzas, este nos ayuda a:

  • Saber cuánto dinero manejamos
  • Saber en qué estamos gastando el dinero
  • Saber cuáles son los gastos necesarios e innecesarios
  • Dar prioridad a lo que es realmente necesario
  • Reducir o eliminar gastos y deudas
  • Ahorrar
  • Identificar los gastos hormigas (más adelante detallaremos este punto)

El presupuesto, en sí, consta de cuatro partes:

  • Ingresos: es todo el dinero que recibo, independientemente de donde provenga, estos pueden ser:
    • Fijos: dinero que se recibe de manera fija y constante, por ej. el sueldo.
    • Variables: dinero que se recibe de vez en cuando, por ej. comisiones.
  • Gastos: es todo el desembolso de dinero que se realiza, es decir, el dinero que sale o pagos que se hacen. También pueden ser fijos (alquiler) o variables (pago de tarjetas).
  • Ahorros: es el dinero que se guarda con el propósito de comprar algo, es decir, que tiene un propósito o fin específico. Ej. comprar un carro o irse de vacaciones. Entre el ahorro se debe incluir un fondo de emergencia, que no es más que el dinero que guardamos para resolver cualquier imprevisto que se pueda presentar, como por ejemplo un accidente.
  • Inversión: es el dinero destinado a producir más dinero. Ej. certificados financieros, inversión en la bolsa de valores, etc.

Dentro de los gastos se encuentran los llamados gastos hormigas, son aquellos gastos que realizamos de manera inconsciente, sin notar que nos hacen un hoyo en el bolsillo. Un ejemplo práctico de esto es el caso de Juan que de camino al trabajo suele comprar un café, que le cuesta $25 pesos, eso lo multiplicamos por los 5 días laborable que tiene la semana y hace un monto de $125 pesos, que multiplicado por las cuatro semanas que, por lo general, tiene un mes hace $500 pesos.

Si esto lo multiplicamos por 12 es un total de $6,000 pesos al año solamente en café. Y si agregamos otros gastos hormigas en los que solemos incurrir podremos descubrir porque no nos alcanza el dinero a fin de mes.

Una posible solución práctica a esto podría ser colar café en casa y llevar al trabajo en un vaso térmico.

Te exhorto a que anotes todos los gastos en los que sueles incurrir durante una semana, si, absolutamente todos, hasta el más mínimo y descubrirás cuáles son tus gastos hormigas. Pruébalo y me dejas saber qué tal te funciona.

Errores comunes que debemos evitar

  • No hacer un presupuesto
  • No pensar antes de meterse en un lío o contraer una deuda
  • Gastar más de lo que ganas
  • No ahorrar
  • No tener un fondo de emergencia
  • Dejarse llevar por la emoción de tener dinero y gastar como loco
  • Gastar el dinero que aún no recibes
  • Financiarse con la tarjeta de crédito

Recomendaciones prácticas

  • Programar los pagos para evitar recargos
  • Si no necesitas algo no lo compres, aunque esté en especial
  • Prestar atención a los gastos hormiga
  • Reducir los gastos innecesarios
  • No boicotear el presupuesto ya establecido
  • Practicar el dominio propio
  • Ahorrar
  • Dejar de pagar lo que no se usa (cable, internet, Netflix, …)
  • No pagar deuda con deuda o nunca saldrá de ellas
  • Planear a partir de lo que se tiene en las manos
  • Aprende a distinguir entre caprichos y necesidades
  • Abonar a las deudas sino puede pagarlas de una vez (aproveche el doble)
  • No sea mala paga

“Si tiene 100 y debe 100, realmente no tiene nada”

Oro a Dios para que nos ayude a ser buenos administradores de todo lo que él ha puesto en nuestras manos.

Dios te bendiga y te guarde.

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