Hablemos de dominio propio

A menudo vemos como cedemos el control de nuestras acciones ante cualquier situación que se nos presenta en el día a día. Es muy fácil ver cuando vamos por las calles como las personas empiezan a discutir o pelearse por un “casi” accidente, si un vehículo le topó o rosó aún sin recibir algún daño, su control es perdido.

Ver acciones cómo estás nos hacen meditar en el dominio propio, que no es más que la capacidad que nos permite controlar o dominar nuestras emociones, impulsos y acciones.

Definitivamente la misma palabra pre-establece que se refiere de un control consciente de nuestros mismos, pero, ¿que debo dominar de mi?, hablemos de esto.

Dominio de nuestros pensamientos

El pensamiento es la capacidad que tenemos de formar ideas. Es la parte racional más personal que tenemos donde analizamos, reflexionamos, calculamos y decidimos nuestras acciones.

Nuestros pensamiento muchas veces se ven afectados por maquinaciones no saludables para nuestras vidas que salen de lo más profundo de nuestro corazón.

“Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, los homicidios,”

S. Marcos 7:21

Debemos pedir a Dios que nos ayude a que de nuestros corazones salgan buenos pensamientos, que allí podamos albergar cosas buenas y provechosas.

Pablo, en su carta a los filipenses nos deja un excelente ejemplo de las cosas en las que debemos invertir nuestros pensamientos.

“Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.”

Filipenses 4:8 RVR1960

Dominio de nuestro cuerpo

El cuerpo está compuesto por muchos miembros y cada uno de estos realiza una actividad importante para el buen funcionamiento del mismo, pero también puede ser usado para el mal y es ahí donde pondremos en funcionamiento el dominio propio, cuando decidimos hacer las cosas correctamente aún cuando sentimos el impulso o el deseo de hacer lo incorrecto.

Nuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo y por tanto debemos cuidar de él siendo buenos mayordomos del mismo.

Dominio de nuestra lengua

La lengua es un miembro pequeño pero este miembro pequeñito es capaz de encender un fuego de gran tamaño.

Debemos analizar si estamos utilizando nuestras boca para encender o apagar algún fuego. ¿Cómo estamos manejando las palabras que salen de nuestra boca? ¿son palabras sabias o son palabras de maldición ? ¿Son de provecho o son innecesarias??

Es necesario cuidar las palabras que salen de nuestra boca, analizar si lo que estamos expresando es provechoso para nuestras vidas y para los demás, si no es provecho es mejor callar.

La misma biblia establece que debemos guarda nuestra lengua del mal y de hablar engaño. Salmos 34:13

Para nada es provechoso utilizar nuestra lengua para hablar o levantar falso testimonio en contra de alguien, la biblia nos da un mandato, que nos apartemos de esto.

Si hemos estado hablando mal de alguien debemos dejar esa práctica atrás y pedir al Señor que ponga dominio en las palabras que salen de nuestras boca.

En el libro de los proverbios 6:16-17 expresa que siete cosas aborrece Jehová y una de ellas es la lengua mentirosa,

Meditemos en esta pregunta ¿es nuestra lengua aborrecida por Jehová porque la estamos usando para el mal?

Dios nos ayude a controlar nuestra lengua y que la podamos utilizar para bendecir las vidas de los que están a nuestro alrededor, que el Señor pueda agradarse con las palabras de salen de nuestra lengua.

Dominio de nuestros ojos

Nuestro ojos son parte importante de nuestro cuerpo ya que estos lo utilizamos para ver y observar todo lo que nos rodea.

Hay que analizar ¿que están viendo nuestros ojos que no deberían de ver? ¿Que páginas estamos viendo que hacen daños a nuestra vida? cuidar nuestra vida es esencial y lo que vemos influye categóricamente en lo que pensamos y posteriormente se refleja en lo que hacemos.

La biblia establece “Y si tu ojo te es ocasión de caer, sácalo y échalo de ti;” así de radical el Señor quiere que veamos la necesidad de que nos separemos de lo que nos haga daño.

Dominenos nuestros ojos o quedemos tuertos.

Dominio de nuestras manos

Las manos nos ayudan a sostener las cosas, pero, ¿para que están siendo utilizadas mis manos? ¿agrado a Dios con eso que estoy tocando? ¿Se agrada de a quien estoy acariciando ?

Nuestras manos deben ser para glorificar a Dios y si no están haciendo esto debemos pedirle a Dios que nos ponga dominio de ellas y dejar atrás eso que nos afecta.

¿Que están escribiendo tus manos que te afecta y que afecta los demás? analicemos cuán provechoso es lo que estoy compartiendo con otros a través de mi mensajes escrito, de las redes sociales, de los chats que nadie puede ver.

Si los miembros de nuestro cuerpo no están agradando y honrando a Dios, oremos y pidámosle que nos ayude a alejarnos de eso que no es provechosos para nosotros.

Oremos para que Dios nos ayude a tener dominio de todo nuestro ser, porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, amor y dominio propio.

Porque todo lo que hagamos debe ser para Gloria de Dios.

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